Descubrí que todo iba mal, cuando pasado de tragos,
no fue a la primera a la que pensé en escribir,
Y le rogué a la Virgen de la Catarsis, que dejara al idiota, maricón, neonazi,
Y se acordara del cronista de los pingüinos que caló hasta los huesos cuando la vio partir.
Y yo que nunca lloro en las despedidas
Por sentir tarde la dimensión y la medida,
El rumor de los cantos del río,
Las ilusiones que se derrumban con el preludio del fin.
Por soñar con bocas que no son mías,
Más de una vez me he asomado al vacío
De ver tantas novias con velo, casarse sin mí
Y yo que nunca lloro en las despedidas
Me conmuevo por fotos de gente no conocí,
Me da por reírme en los funerales,
No hay compromiso del que no pueda zafarme,
Abandono la nave así como así.
Y yo que nunca lloro en las despedidas,
Le rogué a la Virgen de la Catarsis,
Que dejara al idiota, maricón, neonazi,
Y recibiera el Coronel, sus cartas al fin.
Ponéle música belleza ♥
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