miércoles, 1 de agosto de 2012

De los sábados

Malditos sean los sábados en que pierdo al amor y las barajas no me amparan, ni se preocupan por restaurar el equilibrio prometido por los refranes del tiempo, ni te apiadas de mis huesos, ni mi suerte mejora.

Incluso a veces, me atemoriza dormirme la noche del viernes, sabiendo que al día siguiente me echarán a patadas del cielo y tendré que ver entonces cómo soborno a los arcángeles del destierro para comprar mi boleto de regreso al paraíso, 

y saborear la manzana 

del saberte descalza

y compartir mi costilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario