miércoles, 29 de agosto de 2012

De los jueves.

¿Quién alivia la tortura del no saber, del ya no, del quizás sí?

Tú, si quieres.

Mientras, no hay mucho más que hacer que andar en círculos y apestando a tristeza, aferrarse al borde del abismo de la lágrima que no regalaremos, apedrear a la puta del pueblo con preguntas a las que no puedo darle respuestas.

Andar sin saber en qué cajón se escondió la sonrisa, sin saber si te quedarás para cenar, sin saber si me querrás, cada vez menos, todos los días.

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